Manuel Rodriguez Becerra

Medio ambiente y Desarrollo Sostenible

Por: Manuel Rodríguez Becerra | Mayo de 1995. No. 14. Pág. 5

La creación del premio del Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible, por parte de la Fundación Alejandro Ángel Escobar, es una de las noticias del año para los ambientalistas y científicos de nuestro país. Su convocatoria señala que se premiará al investigador que efectúe el mejor aporte científico para la conservación y buen uso de los recursos naturales renovables y del medio ambiente.

Cada año, la Fundación se propone distinguir a aquel científico que haya hecho la contribución más significativa en campos tales como: la conservación y uso sostenible de la biodiversidad, la agricultura biológica, las tecnologías de producción limpia, los sistemas alternativos de generación de energía, los sistemas de tratamiento de aguas, etc. Y, atención, además de la medalla y el pergamino de rigor, el científico galardonado con el premio recibirá la no despreciable suma de 35 millones de pesos.

La nueva distinción tiene una especial relevancia, puesto que ha sido establecida por la Fundación que otorga los premios de ciencias y beneficencia más valorados por las comunidades científica y filantrópica del país. Reconocimiento que es una consecuencia de la forma rigurosa y sistemática con la cual se han seleccionado, anualmente, los merecedores de los dos premios ofrecidos en cada uno de los campos mencionados, desde su creación en 1955 por voluntad testamentaria de don Alejandro Ángel Escobar. Y porque, en la lista de los investigadores y entidades filantrópicas distinguidos por la Fundación, se compendian los más característicos representantes de nuestra ciencia, y de nuestras organizaciones privadas dedicadas a la solidaridad social, de las últimas cuatro décadas. Así, por ejemplo, Salomón Hakim y Manuel Elkin Patarroyo fueron, en su orden, recipientes del premio de ciencias en 1967 y 1979, un reconocimiento nacional que habría de recibir, en los años siguientes, una clamorosa confirmación en el extranjero. En buena hora se estableció un premio especializado en el campo ambiental. El constituirá un valioso estímulo y servirá como uno de los indicadores para evaluar el desarrollo científico y tecnológico, en un área que registra en la actualidad un enorme atraso. Porque si bien se pueden identificar investigadores que han hecho valiosos aportes para la comprensión y conservación de nuestra enorme riqueza natural, debemos reconocer que nuestra ignorancia sobre el particular es abismal.

Lo que significa que en el país de la megadiversidad estamos destruyendo, con increíble voracidad, especies y ecosistemas de las que no hemos sabido de su existencia.

En la medida en que conozcamos nuestros recursos naturales renovables estaremos en mejor capacidad de conservarlos y utilizarlos en forma sostenible. Así lo entendía don Alejandro Ángel Escobar, hace más de cuarenta años, cuando anotó en su testamento, con relación a los dos premios de ciencias: “es mi voluntad que se dé preferencia a todas aquellas labores científicas de aplicación práctica o a los descubrimientos del mismo orden que se relacionen con los problemas del suelo, en Colombia, cuyo empobrecimiento progresivo me preocupa hondamente, por lo cual deseo que los hombres inteligentes y capaces de Colombia dediquen su actividad y sus estudios a remediar y resolver este problema que considero gravísimo para el futuro de nuestra nacionalidad y de las generaciones que han de venir”. Con la creación de la nueva distinción se está dando una renovada expresión a las disposiciones visionarias de don Alejandro Ángel, y evidenciando el gran dinamismo de la Fundación, cuya consolidación e impresionantes logros son el fruto de la labor silenciosa y acertada de su viuda, doña María Res-trepo de Ángel (q.e.p.d.), quien la dirigió hasta hace cinco años. Desde entonces, está orientada por la doctora Camila Botero, propulsora del premio del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, que se otorgará, por primera vez, en la celebración de los 40 años de existencia de esta ejemplar organización no gubernamental. En esa misma ocasión, se entregarán también los premios de ciencias y los premios de solidaridad (una reconceptualización de los tradicionales premios de beneficencia), así como el nuevo premio de la paz que exaltará a una persona que trabaje en pro de tan apremiante meta para Colombia.

La Fundación Alejandro Ángel Escobar reconocerá, con sus dos nuevos premios, a aquellos ciudadanos que se distingan por su trabajo en pro de la convivencia entre los colombianos y de éstos con la naturaleza.