Manuel Rodríguez Becerra

“Es necesario crear nuevos escenarios de participación popular diferentes al electoral. Las personas que dedican más de la mitad de su vida a trabajar en una empresa de la cual depende su desarrollo humano y su bienestar personal y familiar deben poder participar, como los accionistas e inversionistas, en la toma de decisiones empresariales que los afectan”

Con estas palabras el Presidente Barco señaló un aspecto del proyecto de reforma institucional conducente a intensificar la democracia participativa en el campo del trabajo. En su discurso de febrero del presente año se refirió también a la necesidad de incrementar la democracia participativa en otros órdenes de la vida ciudadana: la participación estudiantil en el manejo de diversos asuntos universitarios, la intervención de los habitantes de una región o localidad en las decisiones locales y regionales que más les interesan y les conciernen, y la participación

de las regiones en el diseño e implementación de los planes y programas nacionales.

Nuevamente, el Presidente Barco en su discurso del 20 de mayo se refirió a las reformas dirigidas a aumentar la participación de los ciudadanos, anunciando que en otra oportunidad dedicaría especial atención a este aspecto de la reforma. Con respecto al tema que nos ocupa indicó: “Hay que darles a los trabajadores

participación en la propiedad, la administración o las utilidades de algunas empresas. Las relaciones entre patrones y empleados deben ser de cooperación no de conflicto”.

La propuesta de reforma está contenida en el Artículo 18 del ” Proyecto de Reforma Constitucional”: “El Estado garantizará la participación de todos los ciudadanos en la vida política, administrativa, económica y social del país.

El Congreso establecerá los medios adecuados que faciliten el acceso de los trabajadores a la propiedad o a la administración de los factores de producción y a los beneficios que de ella se deriva, así como la forma de exigirles el cumplimiento de su consecuente responsabilidad”.