Manuel Rodriguez Becerra

El balance ambiental del gobierno Bush

Por: Amira Abultaif. Revista Credencial | Noviembre de 2008

¿Cuál es el balance de la política ambiental del gobierno Bush, dos meses antes de dejar la presidencia de los Estados Unidos?

“La gestión de Bush en materia ambiental ha sido catalogada por diferentes expertos como la peor en la historia de los Estados Unidos. Pese a que se firmó el Protocolo de Kyoto  Bush se negó a ratificarlo aduciendo que podría afectar seriamente la productividad económica del país, responsable del 30 por ciento de la emisión mundial de gases de efecto invernadero. Además, presionó, la Environmental Protection Agency (EPA), y otras agencias del gobierno norteamericano para que obstruyera las regulaciones que adoptaran los gobiernos estatales para combatir el calentamiento climático, reduciendo sus emisiones de CO2. Así lo denunció la “Union of concerned Scientists” que en una encuesta realizada a 3.200 funcionarios públicos cuya labor de alguna manera se relaciona con el cambio climático, encontró que la mitad de ellos fueron presionados por el gobierno federal para eliminar de sus escritos cualquier alusión al calentamiento global.”  

“El caso llegó a los estrados judiciales porque 12 estados y varias ong demadaron la interpretación del ejecutivo según la cual la Ley del Aire (Clean Air Act) no podía ser utilizada para tomar medidas para combatir el cambio climático. La Corte Suprema de Justicia falló a su favor y conminó al ejecutivo  regular las emisiones de gases de efecto invernadero a través de la mencionada ley, pero la EPA anunció que se mantendría al margen de cualquier acción hasta el fin del mandato Bush.”

“California es la contraevidencia más contundente al argumento de Bush y sus colaboradores según el cual unas medidas drásticas para combatir el cambio climático serían altamente perjudiciales para la economía de los Estados Unidos. Según lo ha señalado Paul Krugman, el último Premio Nobel de Economía, en California el nivel de vida de vida promedio ha aumentado sustantivamente, y su población y economía han crecido, al mismo tiempo que se han tomado medidas que le ha permitido no aumentar las emisiones per cápita de efecto invernadero y disminuir el cosumo de energía per capita. ¿Qué tal si, además, el ejecutivo no hubiera impedido tomar otras medidas a este Estado?

“La política energética, liderada por Dick Cheney, fue otro gran escándalo de la administración. Estuvo basada en la exploración y explotación intensiva de petróleo, carbón y minerales, tanto en el continente como en la plataforma marina, y en el total desprecio por la energía renovable. De hecho, Bush intentó intervenir el parque nacional de Alaska, uno de los más prístinos del mundo. Y apeló a sus facultades especiales para echar atrás muchas regulaciones ambientales, como fue el escándaloso caso de  permitir que decenas de plantas termoeléctricas en todo el país siguieran operando sin cumplir con las normas vigentes de emisión de óxidos de azufre, entre otras sustancias.

“Y mediante reciente decisión abrió la posibilidad de construir carreteras y otras obras urbanísticas en 11 millones de hectáreas de tierras públicas que hacen parte de reservas forestales, y reversó varias medidas de protección de especies de fauna y flora en peligro de extinción. Además, exoneró a la Armada de acogerse a las normas ambientales para realizar ensayos militares y actividades en altamar.”

¿Pero no se pueden señalar acciones positivas de la política ambiental de Bush?

“Quizá, el único hecho notable de su gestión fue la designación de la mayor reserva natural marina en el mundo, en el archipiélago de Hawai, en contra de poderosos intereses pesqueros. Sin embargo, recortó los recursos para recoger la basura acumulada en el lecho marino y protegerlo. En la actualidad su gobierno se encuentra considerando la posibilidad de crear tres áreas marinas protegidas en el Pacífico, que alcanzarían la extensión de Texas y California sumadas, y que de concretarse, y como lo dijera un reciente editorial del New York Times se trataría de “una decisión que contrasta sorprendentemente con su record como uno de los peores guardianes del medio ambiente que ha habitado la Casa Blanca en su historia”, un justo veredicto del gran diario neoyorkino sobre el lamentable legado de Bush en materia de política ambiental.”