Colombia en la Cumbre para la Ambición Climática
Iván Duque reiteró su compromiso de reducir en un 51 % emisión de gases de efecto invernadero.
Por: Manuel Rodríguez Becerra
/ 12 de diciembre 2020
¿Qué ha pasado con el Acuerdo de París desde que se firmó el 12 de diciembre de 2015? ¿Qué se puede esperar para el Acuerdo después de la Cumbre para la Ambición Climática 2020, celebrada ayer? ¿Qué significa y qué implicaciones tiene para Colombia la ambiciosa meta anunciada por el presidente Iván Duque de reducir en el 51 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero de aquí al 2030?
Según el ‘Informe sobre la brecha en las emisiones de 2020’, publicado por Naciones Unidas en la semana que termina: “No obstante una caída en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) debido a la desaceleración económica del covid-19, el mundo todavía se dirige a un aumento catastrófico de la temperatura por encima de los 3 °C en este siglo, mucho más allá de los objetivos del Acuerdo de París”.
Las dificultades con el Acuerdo de París se iniciaron desde su firma, puesto que la suma de las metas fijadas por todos los países para reducir la emisión de GEI desde los territorios nacionales resultaron en que colocarían al planeta en la senda de un incremento de 2,7 °C. En otras palabras, los compromisos de los países resultaron muy lejanos de los objetivos fijados en el propio acuerdo. Justamente, en la columna para este diario que escribí hace cinco años, desde París, manifesté la frustración de quienes presenciamos las negociaciones, al constatar que el vaso había quedado medio lleno y medio vacío, no obstante que los jefes de Estado presentes vociferaron, para la tribuna, su éxito. Se dijo desde entonces que era imperativo subir significativamente la ambición. Pero esa posibilidad se vio eclipsada con la elección, casi un año después, de Donald Trump que retiró a Estados Unidos del Acuerdo, tal como lo prometió en su campaña.
En los últimos tres meses, la situación ha cambiado radicalmente. China, el mayor emisor de GEI (28 por ciento del total mundial), se comprometió en la ONU, el pasado mes de septiembre, a alcanzar neutralidad de carbono en 2060. Y el presidente electo de EE. UU., Joe Biden, se comprometió a que su país regrese al Acuerdo de París y que alcance la neutralidad de carbono en 2050. Fueron los dos compromisos cruciales que estuvieron de telón de fondo en la Cumbre para la Ambición Climática 2020, celebrada ayer en Nueva York, que fueron complementados con los muy significativos de otros países.
Allí, el presidente Iván Duque reiteró que Colombia se compromete a reducir en un 51 por ciento la emisión de gases de efecto invernadero, anuncio que hizo desde finales del mes pasado. Es una meta muy ambiciosa si se toma en cuenta que el gobierno del presidente Santos la fijó en el 20 por ciento. Falta que se concreten en detalle las medidas que el país tomará para alcanzarla durante los próximos diez años y los recursos económicos para hacerlo. Algunos han afirmado que es un anuncio irresponsable, pero pienso que lo más irresponsable sería que el país continúe en la mediocre política sobre medio ambiente y desarrollo en que ha estado atrapado en las últimas décadas, tal como se constata en la creciente destrucción de su patrimonio natural, que hoy constituye una tragedia ambiental de inmensas proporciones. El diablo podría estar en la fijación de los detalles del compromiso que el presidente Duque adquirió para el país, pero esperemos que se resuelvan antes de la celebración de la Conferencia de las Partes de la Convención de Cambio Climático que tendrá lugar en Glasgow el próximo año. En ella se concretarán las nuevas metas de todos los países para detonar la ambición global al nivel requerido para no exceder el límite de 1,5 °C de incremento promedio de la superficie de la Tierra, en relación con la era preindustrial, y no condenar a la humanidad a un destino de indecibles riesgos.
Coletilla: ¿cuál es la posición de los aspirantes a la presidencia de Colombia sobre la meta prometida por el presidente Duque? Impensable que la rebajen.