Manuel Rodriguez Becerra

Manuel Rogriguez Becerra

Candidaturas en caliente

¿Qué diablos han dicho los candidatos a las alcaldías de las diferentes regiones del país…

Por: Manuel Rodríguez Becerra

/ 17 de julio 2011

¿Qué diablos han dicho los candidatos a las alcaldías de las diferentes regiones del país sobre los programas que se proponen adelantar para enfrentar los impactos de los fenómenos de calentamiento global y de la Niña-el Niño, los cuales seguirán golpeándonos, cada vez con mayor severidad?

Se requiere un decisivo y fuerte liderazgo de los alcaldes, no solamente para fortalecer los sistemas locales de prevención y atención de desastres, sino también para concebir y desarrollar las medidas de adaptación requeridas para disminuir la vulnerabilidad de los municipios a los inviernos y veranos más severos y a las lluvias más torrenciales que, como consecuencia del calentamiento global, ya están dejando tras de sí desastres mayores, o para evitar, o minimizar, los severos impactos que traerán otros fenómenos que en unos años mostrarán toda su fuerza, como la subida del nivel del mar.

Las acciones de adaptación de mayor significación en los municipios se ubican en los centros urbanos, allí donde hoy vive más del 70 por ciento de los colombianos. La más urgente y obvia es la reubicación de las viviendas que se encuentran en zonas de alto riesgo, una tarea que por su magnitud solo se podrá lograr a largo plazo, pero que es urgente iniciar. La necesidad de corregir carencias y déficits en materia de alcantarillados para la captación de aguas lluvias, así como la vulnerabilidad de algunos de los acueductos municipales al aumento de los caudales de sus fuentes de agua son otros dos temas que la ola invernal dejó suficientemente claros y que deberían tener una expresión en los programas de los candidatos a alcaldes.

La ola invernal hizo también evidente la forma irresponsable en que se ha ordenado (o desordenado) el territorio de los municipios, un hecho que es principalmente el producto de la corrupción de aquellos concejales, alcaldes y negociantes de la vivienda que han buscado enriquecerse urbanizando áreas que, por la vulnerabilidad ambiental o el valor ecológico que representan, nunca deberían haber tenido este destino. Así se reveló, recientemente, no solo en barrios de los más pobres, sino también en barrios de los estratos altos y medios que fueron víctimas de graves inundaciones y deslizamientos.

Un hecho asociado al caótico ordenamiento territorial es la precaria, o inexistente, conservación de los ecosistemas que prestan servicios claves a nuestros centros urbanos -como los páramos, los bosques y los humedales-, que son críticos para la regulación del ciclo hídrico. Es un tema que, entre las medidas de adaptación al cambio climático, tiene una alta prioridad, puesto que la ciencia señala que mientras mejor sea el estado de conservación de estos ecosistemas mayor es su capacidad para resistir la variabilidad climática.

A la par con las necesarias medidas de adaptación, se requiere concebir y poner en marcha programas de mitigación del cambio climático, es decir, dirigirse hacia la conformación de centros urbanos con baja emisión de gases de efecto invernadero. Las fórmulas están en gran parte inventadas, entre otras: ciudades densas y compactas con amplios espacios públicos; prioridad para los sistemas de transporte público sobre el automóvil individual, y construcción de viviendas sostenibles, es decir, de bajo consumo de agua y energía. Infortunadamente, en Colombia vamos en la dirección contraria, como lo tipifica el desastre urbanístico in crescendo de Bogotá y la Sabana.

¿Qué han dicho los candidatos a las alcaldías? Precisamente, entre el 26 y el 28 de julio tendrá lugar en Bogotá un gran seminario internacional sobre ciudades y cambio climático, organizado por la Fundación Ciudad Humana, liderada por Ricardo Montezuma, en el cual se espera que los candidatos y sus asesores escuchen a los expertos y debatan sus propias propuestas.