Barichara: bioparque y Festiver
Dos iniciativas para la protección ambiental que atestiguan el trabajo de organizaciones visionarias.
Por: Manuel Rodríguez Becerra
/ 04 de diciembre 2016
Hoy, Barichara no solo es el ‘pueblo más lindo de Colombia’, por su arquitectura colonial, su paisaje único y la amabilidad de sus pobladores. Hoy se está perfilando, además, como un centro de importancia para la defensa del medioambiente en Santander y en Colombia, como lo atestiguan el bioparque Móncora y el Festival de Cine Verde, dos iniciativas que nacieron independientemente hace unos 7 años y que muestran ya sus frutos.
Son dos hechos de significación, más si se recuerda que esta población y sus alrededores sufren hoy de escasez periódica de agua como consecuencia del mal manejo que en el pasado se hiciera de sus fuentes de agua y de sus suelos, lo que se ha visto agravado por el clima cambiante.
El bioparque, con una extensión de seis hectáreas, sirve como centro para la restauración ecológica, la educación ambiental y la recreación y la contemplación de un paisaje que se abre en 360º, desde su privilegiada ubicación al noreste de la capilla de Santa Bárbara, por cuyas vecindades se ingresa. Ha sido promovido con acierto por la Asociación Aquileo Parra-Amigos de Barichara como componente principal del cinturón verde que rodea el casco urbano.
Hace siete años, ese lugar era un potrero y hoy es un joven bosque seco, como una demostración de los potenciales de la restauración ecológica. A nivel local y regional, tiene una doble importancia ambiental: para la protección de la microcuenca de que hace parte y como experiencia piloto que podría servir en el futuro para adelantar urgentes restauraciones de bosque seco en el municipio y, en general, en la región donde, como en otras partes del país, se encuentra amenazado de extinción. En efecto, este es un ecosistema del que apenas sobrevive el 1,5 por ciento de los 80.000 kilómetros cuadrados del bosque original.
Los estudiantes de Barichara han encontrado en el bioparque un aula ambiental viva que es, en particular, utilizada por el Instituto Técnico Aquileo Parra, colegio municipal, y las cuatro escuelas rurales. Docentes y estudiantes han sido actores centrales de su restauración, mantenimiento y ornamentación. Y en esta, como en todas las actividades para la construcción del parque, han estado comprometidas Camila Encinales y María Victoria Camacho, que han hecho de Barichara su hogar y del bioparque, una de sus razones de vida.
Los pobladores de Baricachara, así como disfrutan del bioparque, cada año gozan también del Festival de Cine Verde (Festiver), en compañía de cientos de visitantes que llegan para la ocasión desde hace 6 años. En su última edición, realizada en el pasado mes de septiembre, se presentaron 82 películas entre documentales, películas de acción y cine experimental procedentes de todos los continentes y sobre las más diversas temáticas: desde la denuncia de desastres ambientales, o el cambio climático, hasta los pueblos que luchan con éxito por la protección de la naturaleza, pasando por la maraña urbana. Mediante la exhibición de tan variado menú cinematográfico ambiental, como lo han dicho sus incansables organizadores, Nórida Rodríguez y Toto Vega, se pretende “inspirar a una nueva generación de realizadores, artistas y público comprometidos con la defensa de nuestro hábitat y ecosistemas, crear espacios de debate, desarrollar procesos académicos, actividades artísticas y lúdicas alrededor del tema”. Todo esto, y mucho más, lo hacen en Barichara como tuve oportunidad de presenciarlo en el festival del 2015.
El bioparque y Festiver son dos iniciativas en construcción que, como otras que se realizan en Colombia para la protección ambiental, atestiguan el trabajo desinteresado y eficaz de organizaciones visionarias que merecen y requieren para su consolidación de un gran apoyo.